16 octubre 2007

Teoría de los dos sémenes

























San Isidoro de Sevilla, Etimologías, XI 1.102-104, 134-145



102 Genitalia corporis partes, ut nomen ipsud docet, gignendae sobolis acceperunt vocabulum, quod his procreatur et gignitur. Haec et pudenda pro verecundia, sive a pube: unde et indumento operiuntur. Dicuntur autem ista et inhonesta, quia non habent eam speciem decoris sicut membra quae in promptu locata sunt.
103 Idem et veretrum, quia viri est tantum, sive quod ex eo virus emittitur. Nam virus proprie dicitur humor fluens a natura viri.
104 Testiculi per diminutionem a testibus dicti, quorum numerus incipit a duobus. Hi semen calamo ministrant, quod ab spinae medulla et renes et lumbus suscipiunt ad gratiam procreandi. Fiscus est pellis in qua testiculi sunt.
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134 Uterum solae mulieres habent, in quo concipiunt, ad similitudinem cauliculi. Tamen auctores uterum pro utriusque libet sexus ventre plerumque ponunt, nec poetae tantummodo, sed et ceteri.
135 Vocatus autem uterus, quod duplex sit et ab utraque in duas se dividat partes, quae in diversum diffusae ac replexae circumplicantur in modum cornu arietis; vel quod interius inpleatur foetu. Hinc et uter, quod aliquid intrinsecus habuerit, membra et viscera.
136 Aqualiculus autem proprie porci est; hinc ad ventrem translatio. Matrix dicitur quod foetus in eo generetur: semen enim receptum confovet, confotum corporat, corporatum in membra distinguit.
137 Vulva vocata quasi valva, id est ianua ventris, vel quod semen recipiat, vel quod ex ea foetus procedat. Vesica dicta, quia sicut vas aqua, ita de renibus urina collecta conpletur, et humore distenditur. Cuius usus in volucribus non habetur.
138 Urina autem dicta sive quod urat, seu quia ex renibus egeritur. Cuius indicio et salus et aegritudo futura monstratur. Qui humor vulgo lotium dicitur, quod eo lota, id est munda, vestimenta efficiantur.
139 Semen est quod iactum sumitur aut a terra aut ab utero ad gignendum vel fructus vel foetus. Est enim liquor ex cibi et corporis decoctione factus ac diffusus per venas atque medullas, qui inde desudatus in modum sentinae concrescit in renibus, eiectusque per coitum, et in utero mulieris susceptus calore quodammodo viscerum et menstrualis sanguinis inrigatione formatur in corpore.
140 Menstrua supervacuus mulierum sanguis. Dicta autem menstrua a circuitu lunaris luminis, quo solet hoc venire profluvium; luna enim Graece μήνη dicitur. Haec et muliebria nuncupantur; nam mulier solum animal menstruale est.
141 Cuius cruoris contactu fruges non germinant, acescunt musta, moriuntur herbae, amittunt arbores fetus, ferrum rubigo corripit, nigrescunt aera. Si qui canes inde ederint, in rabiem efferuntur. Glutinum asphalti, quod nec ferro nec aquis dissolvitur, cruore ipso pollutum sponte dispergitur.
142 Post plurimos autem dies menstruos ideo semen non esse germinabile, quia iam non est menstrualis sanguis, a quo perfusum inrigetur. Tenue semen locis muliebribus non adhaerere; labitur enim nec habet vim adhaerendi. Similiter et crassum vim non habet gignendi, quia muliebri sanguini miscere se non potest propter nimiam sui spissitudinem. Hinc et steriles mares vel feminas fieri; vel per nimiam seminis vel sanguinis crassitudinem, vel propter nimiam raritatem.
143 Primum autem aiunt cor hominis fingi, quod in eo sit et vita omnis et sapientia; deinde quadragesimo die totum opus expleri; quod ex abortionibus, ut ferunt, collecta sunt. Alii foetus a capite sumere dicunt exordium. Unde et in avium foetus primum oculos fingi in ovis videmus.
144 Foetus autem nominatus, quod adhuc in utero foveatur. Cuius secundae dicuntur folliculus, qui simul cum infante nascitur continetque eum; dictus, quia et cum editur sequitur.
145 Nasci autem patribus similes aiunt, si paternum semen validius sit; matribus, si matris; hac ratione similes exprimi vultus: qui autem utriusque parentis figuram reddunt, aequaliter mixto paterno maternoque semine concipiuntur. Avorum proavorumque similes fieri, quia sicut in terra multa semina occulta, sic et in nobis semina celantur figuras parentum redditura. Ex paterno autem semine puellas nasci et ex materno pueros, quia omnis partus constat duplici semine, cuius pars maior cum invaluit occupat similitudinem sexus.


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102 Las partes genitales del cuerpo, como dice su nombre, recibieron la denominación de la descencendia engendrada, porque con ellas se procrea y engendra. Estas también (se llaman) partes pudendas, por la vergüenza, o por el pubis, y por esto se cubren con el vestido. Se las llama también partes deshonestas, porque no tienen el aspecto de decoro como los miembros que están colocados a la vista.
103 Lo mismo (se llama) también verga (veretrum, venerable) porque solo es propio del varón (viri), o porque por ella se emite el jugo (virus), pues jugo propiamente se llama el líquido que fluye de la naturaleza del varón.
104 Los testículos, dichos por disminución de testigos (testibus), el número de los cuales empieza por dos. Estos suministran por una caña el semen que los riñones y el lomo reciben de la médula espinal a fin de procrear. La bolsa (fiscus, escroto) es la piel en la cual están los testículos.
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134 Útero solamente lo tienen las mujeres, en el cual conciben, (y es) a semejanza de un tallo. Sin embargo, los autores a menudo ponen útero por vientre de uno y otro sexo según les place, y no solo los poetas, sino también otros.
135 Y se llama útero porque es doble, y de uno y otro lado se divide en dos partes, que extendidas en sentido contrario y replegadas se enrollan al modo de cuerno de carnero; o porque el interior lo llena el feto.Y de aquí útero, porque contiene algo interiormente, miembros y vísceras.
136 Barriga (aqualiculus) es propiamente la del puerco; de aquí (se aplica) al vientre por traslación. Se dice matriz porque el feto se engendra en ella, pues incuba el semen recibido, incubado le da cuerpo, (y) distingue en miembros el cuerpo dado.
137 La vulva es llamada, en cierto modo, valva (puerta), esto es, la puerta del vientre, o porque recibe el semen, o porque el feto procede de ella. La vejiga, es dicha porque como un vaso de agua, así se llena de la orina recogida de los riñones y se hincha de líquido.
138 En cuanto a la orina, es dicha o porque calienta (urat),1 o porque desagua de los riñones, la prueba de la cual muestra tanto la salud como la enfermedad futura. Este líquido es llamado vulgarmente lotium (lavado), porque en él se consigue que sean lavados (lota), esto es, limpiados, los vestidos.
139 El semen es lo que, echado, es tomado o por la tierra o por el útero para engendrar o el fruto o el feto. En efecto, es un líquido hecho por la decocción de la comida y del cuerpo, y difundido por las venas y las médulas, y exhudado de aquí al modo de una sentina se condensa en los riñones, y es eyaculado por el coito, y recibido en el útero de la mujer, de modo que por el calor de las vísceras y la irrigación de la sangre menstrual da forma al cuerpo.
140 El menstruo (es) la sangre superflua de las mujeres. Pues se llama menstrua (mensual) al ciclo de la luz lunar, en el que suele venir este flujo, porque luna en griego se dice méne. Este también se denomina muliebra (cosas de mujeres), pues la mujer es el único animal menstrual.
141 Al contacto de cuya sangría los frutos no germinan, se agrían los mostos, mueren las hierbas, los árboles pierden el fruto, la herrumbre ataca al hierro, se enegrecen los cobres. Si los perros han comido algo de ella son llevados por la rabia. La cola de asfalto, que no se disuelve con hierro ni con agua, manchada por esta sangría se dispersa espontáneamente.
142 Después de muchos días menstruales, por esto, el semen no es germinable, porque ya no hay sangre menstrual que, bañado, lo riege. Un semen tenue no se adhiere a los lugares femeninos, resbala porque no tiene fuerza adherente. Y similarmente, el grueso no tiene fuerza para engendrar, porque no se puede mezclar con la sangre femenina por su excesivo espesor. Y por esto son estériles los machos o las hembras: o por el excesivo grosor del semen o de la sangre,2 o por el excesivo enrarecimiento.
143 Dicen que lo primero que se forma es el corazón del hombre, porque en él está la vida toda y la sabiduría; luego toda la obra se completa en cuarenta días; lo cual se colige, según dicen, de los abortos. Otros dicen que el feto toma el comienzo por la cabeza, por lo que en los fetos de la aves vemos que en los huevos se forman primero los ojos.
144 Se denomina feto porque se desarrolla (foveatur) aún en el útero, cuyo saco se llama secundinas, que nace simultáneamente con el niño y lo contiene, dicho porque le sigue (sequitur) cuando es dado a luz.
145 Dicen que nacen semejantes a los padres, si el semen del padre es más potente; a las madres, si el de la madre; por esta razón sacan rasgos semejantes. Pero los que reproducen la figura de uno y otro padre son concebidos por el semen paterno y por el materno igualmente mezclado. Se hacen semejantes a los abuelos y bisabuelos porque, como en la tierra están ocultos muchos sémenes, así también en nosotros se esconden los sémenes que han de reproducir las figuras de los parientes. Del semen paterno nacen niñas y del materno niños, porque todo parto consta de un semen doble, cuya parte mayor determina la similitud del sexo, puesto que prevalece.

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1. San Isidoro emplea a menudo etimologías completamente ficticias, basadas en asociaciones ilusorias y en el simple parecido fonético de palabras que no guardan ninguna relación entre sí.
2. Nótese que cuando san Isidoro habla del semen (§ 139 y 142), se refiere al semen viril y no a un semen femenino, y que equipara el semen y la sangre menstrual, por lo que esta ocupaba el lugar del ficticio semen femenino.
Así como la idea del semen masculino no incluía los espermatozoides, completamente desconocidos para el hombre de la antiguedad (el semen no contenía «animáculos», sino pneuma o espíritu), la idea del semen femenino no tenía nada que ver con los óvulos, sino que era pensado como una réplica ficticia del semen masculino. Pero incluso aquellos que sostenían la existencia de un semen femenino atribuían al semen masculino el papel principal en la generación, como se deduce de la descripción que hace san Isidoro del semen (§ 139 y 142), el cual afirma en otro lugar que los cuerpos de los animales y de los hombres son concebidos a partir del semen del macho, semen masculi, unde animalium et hominum corpora concipiuntur, y que el padre es la causa, causa pater est (Etimologías, IX 5.5,6).


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10 agosto 2007

Faloforías




















                  


         
           Jámblico, Sobre los misterios egipciosI 1,2,10,11

La divinidad que preside la elocuencia, Hermes, hace tiempo es considerada acertadamente común a todos los sacerdotes y este único protector de la verdadera ciencia de los dioses es el mismo en todo el mundo, a quien precisamente incluso nuestros antepasados dedicaban los descubrimientos de su sabiduría, poniendo bajo la autoría de Hermes todas sus propias obras. Y si también nosotros obtenemos de este Dios la parte que nos corresponde en la medida de nuestras posibilidades, tú haces bien en exponer a los sacerdotes, como gustan, cuestiones teológicas pertenecientes al ámbito de sus conocimientos, y yo con razón, considerando que la carta enviada a mi discípulo Anebo está escrita a mí personalmente, te voy a responder la verdad misma sobre lo que preguntas.... Y si propones alguna cuestión filosófica, también esta te la interpretaremos de acuerdo con las antiguas estelas de Hermes, que Platón, ya antes, y Pitágoras, tras leerlas en su totalidad, utilizaron para crear su filosofía.

























En efecto, al igual que, mientras que los vivientes compuestos nacen y mueren, el alma, que es la generadora primera (cf. semen=alma primera, πρώτην ψυχήν, Aristóteles, Sobre el alma I 405b, Platón, Timeo 34c), es por sí misma no engendrada e incorruptible, así también, mientras que los seres que participan del alma sufren y no tienen de forma absoluta la vida y el ser, sino que están ligados a lo indefinido y a la alteridad de la materia, el alma en sí misma es inmutable, pues por esencia es superior al padecer, sin obtener la pasibilidad como una voluntad inclinada en los dos sentidos, ni la inmutabilidad como advenidiza en una participación de su estado o potencia.
Ahora bien, puesto que en el caso de los últimos géneros superiores, caso del alma, hemos demostrado imposible su participación en el sufrir, ¿qué necesidad hay de unirla a los démones y héroes, los cuales precisamente son eternos y permanentes compañeros de los dioses, guardan también ellos de la misma forma una imagen del gobierno de los dioses, conservan sin cesar el orden divino y no lo abandonan nunca? Sabemos, por supuesto, lo siguiente, que la pasión es desordenada, imperfecta e inestable, no se pertenece a sí misma en modo alguno, sino que está ligada a aquello por lo que es contenida y a lo que es esclava con vistas a la generación; ella, pues, conviene a cualquier otro género más que a lo que está siempre unido a los dioses y que recorre con ellos el mismo ordenado circuito. Impasibles, pues, son también los démones y todos los géneros superiores que les escoltan.
¿Cómo, entonces, en los actos teúrgicos se actúa mucho sobre ellos como sometidos a las pasiones? Afirmo, con toda rotundidad, que quien diga esto lo hace con desconocimiento de la mistagogia sagrada. En efecto, entre los actos que ordinariamente se ejecutan en la teúrgia, unos tienen una causa inefable y superior a la razón; otros, como símbolos, están consagrados eternamente a los seres superiores; otros conservan alguna otra imagen, como también precisamente la naturaleza generadora modela imitativamente unas formas visibles de conceptos invisibles; otros se hacen en honor de la divinidad o bien tienen como objetivo una asimilación cualquiera o incluso una relación de parentesco; algunos, en cambio, nos procuran lo ventajoso para nosotros o purifican de algún modo y liberan nuestras pasiones humanas o apartan cualquier otro de los peligros que nos amenazan. Sin embargo ninguno estaría de acuerdo ya en reconocer que una parte del culto tiene por objeto dioses o démones venerados como seres susceptibles de pasión, pues la esencia eterna e incorpórea por sí no puede por naturaleza recibir un cambio proveniente de los cuerpos.
Y si se diera tal exigencia, no habría nunca necesidad de hombres para semejante ritual; ella está colmada por sí misma, por la naturaleza del mundo y por toda la perfección de la creación, y, si se puede decir, antes de tener necesidad, se hace autárquica merced a la totalidad plena del mundo y a su propia plenitud, y también porque todos los géneros superiores están llenos de sus propios bienes.
Sean estos nuestros argumentos generales relativos al culto puro: porque une íntimamente los demás seres con los superiores a nosotros, porque se dirige puro a los puros y exento de pasiones a los exentos de pasiones. Entrando en detalles, afirmamos que la erección de imágenes fálicas es un símbolo de la potencia generadora y consideramos que ella está llamada a fecundar el mundo, razón por la que la mayoría son consagradas en primavera, cuando precisamente también todo el mundo recibe de los dioses la generación de la creación entera. Y pienso que las palabras obscenas testimonian la carencia de belleza en el ámbito de la materia y la fealdad previa a lo que va a ser ordenado; estos seres, que están carentes de orden, aspiran tanto más a ello, cuanto más son conscientes de su propia inconveniencia. A su vez persiguen las causas de las formas ideales y de lo bello, cuando captan lo obsceno por la expresión de lo obsceno; apartan la práctica de obscenidades, pero, a través de las palabras, manifiestan su conocimiento, y mutan su deseo en sentido contrario.
Estas cuestiones implican también otra argumentación similar. Las fuerzas de las pasiones humanas que hay en nosotros, si son aprisionadas por completo, se hacen más violentas; por el contrario, si se ejercitan breve y adecuadamente tienen un gozo mesurado y quedan satisfechas, y, a partir de ese momento, purificadas, resultan calmadas por persuasión y sin violencia. Por esta razón, cuando en la comedia y en la tragedia contemplamos las pasiones ajenas, ponemos freno a nuestras propias pasiones, las hacemos más moderadas y las purificamos; en los ritos sagrados, por la contemplación y audición de obscenidades, nos liberamos del daño que podría sobrevenirnos si las pusiéramos en práctica.
Así pues, para curar nuestra alma, para moderar los males que le son connaturales por el hecho de la generación, para liberarla y librarla de las ataduras, por estas razones se llevan a cabo tales ritos. También por esta razón justamente Heráclito los llamó "remedios", en la idea de que remedian las desgracias y hacen a las almas exentas de los males de la generación.

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10 julio 2007

Hircus

























              Diodoro Sículo, Biblioteca histórica 1.88


Deificaron al cabrón, igual que también entre los griegos dicen que se honra a Príapo, por sus partes genitales, pues este animal es el más inclinado a la copulación, y la parte del cuerpo causante de la generación es venerada convenientemente, como comienzo del principio que engendra la naturaleza de los animales. En general, el Falo, no solo los egipcios, sino también no pocos de los demás lo han consagrado en las ceremonias como causa de la génesis de los seres vivos (τὸ αἰδοῖον... ὡς αἲτιον τῆς τῶν ζῴων γενέσεως). Y los sacerdotes que heredan el sacerdocio paterno en Egipto son iniciados en primer lugar en los misterios de este dios (τούτῳ τῷ θεῷ). Y los Panes y los Sátiros, dicen, por esta misma causa son venerados entre los hombres, y por ello muchísimos colocan en los santuarios sus imágenes itifálicas y semejantes a la figura del cabrón, porque este animal, según la tradición, es el más activo en la copulación. Ellos, pues, por medio de estas imágenes dan gracias por su propia fertilidad.



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10 junio 2007

El semen del Falo cósmico: semen Patris
























la luz que es perfecta y llena del semen del Padre.
Evangelio de la verdad, 43
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San Ireneo, Adversus haereses, 4,30


De quibus autem Scripturæ non increpant, sed simpliciter sunt positæ, nos non debere fieri accusatores (non enim sumus diligentiores Deo, neque super magistrum possumus esse), sed tipum quærere. Nihil enim otiosum est eorum, quæcunque inaccusabilia posita sunt in Scripturis. Quemadmodum et Lot, qui eduxit de Sodomis filias suas, quæ conceperunt de patre suo, et qui reliquit in circumfinio uxorem suam statuam salis usque in hodiernum diem. Etenim Lot no ex sua voluntate, neque ex sua concupiscentia carnali, neque sensum, neque cogitationem hujusmodi accipiens, consummavit typum. Quemadmodum Scriptura dicit: «Et intravit major nata, et dormivit cum patre suo nocte illa: et non scivit Lot cum dormiret illa, et cum surgeret». Et in minore hoc idem: «Et non scivit, inquit, cum dormiisset secum, nec cum surrexisset».
Nesciente igitur homine, neque libidine serviente, dispensatio perficiebatur per quam duæ filiæ, id est duæ synagogæ, ab uno et eodem patre in sobolem adoptatæ significabuntur sine carnis libidine. Nec enim alter erat aliquis, qui semen vitale et filiorum fructum posset dare eis, quemadmodum scriptum est:


Se ha conservado, en una catena (in Genesim), el texto griego de este párrafo:

Μὴ εἰδότος τοῦ Λώτ, μηδὲ ἡδονῇ δουλεύσαντος, τοῦτο γεγένηται, ἀλλὰ πάντως οἰκονομία ἐπετελεῖτο, δι’ ἧς αἱ δύο συναγωγαὶ ἀπὸ ἑνὸς καὶ τοῦ αὐτοῦ Πατρὸς τεκνοποιησάμεναι ἐμηνύοντο ἄνευ σαρκὸς ἡδονῆς. Οὐ γὰρ ἦν ἄλλος οὐδεὶς σπέρμα ζωτικὸν καὶ τέκνων ἐπικαρπίαν δυνάμενος δοῦναι αὐταῖς, καθὼς γέγραπται.

«Dixit autem major ad minorem: Pater noster senior est, et nemo est super terram qui intret ad nos, ut oportet omni terræ: veni, potionemus patrem nostrum vino, et dormiamus cum eo, ut suscitemus de patre nostro semen».
Illæ quidem filiæ secundum simplicitatem et innocentiam putantes universos homines periisse, quemadmodum Sodomitas, et in universam terram iracundiam Dei supervenisse, dicebant hæc. Quapropter et ipsæ excusabilis sunt, arbitrantes se solas relictas cum patre suo ad conservationem generis humani, et propter hoc circumveniebant patrem. Per verba autem earum significabatur nemimen esse alterum qui possit filiorum generationem majori et minori synagogæ præstare, quam Patrem nostrum. Pater autem generis humani Verbum Dei: quemadmodum Moyses ostendit dicens: «Nonne hic ipse pater tuus possedit te, et fecit te, et creavit te?» Quando igitur hic vitale semen, id est Spiritum remissionis peccatorum per quem vivificamur, effudit in humanum genus? Nonne tunc cum convescebatur cum hominibus, et bibebat vinum in terra? «Venit» enim, inquit «Filius hominis manducans et bibens»: et cum recubuisset, obdormivit, et somnum cepit. Quemadmodum ipse in David dicit: «Ego dormivi et somnum cepi». Et quoniam in nostra communicatione et vita hoc agebat, iterum ait: «Et somnus meus suavis mihi factus est». Totum autem significabatur per Lot, quoniam semen patris omnium, id est Spiritus Dei, per quem facta sunt omnia, commistus et unitus est carni, hoc est plasmati suo: per quam commistionem et unitatem duæ synagogæ, id est, duæ congregationes fructificantes ex Patre suo filios vivos vivo Deo.


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En cuanto a los (delitos) que las Escrituras no reprenden, sino que simplemente están puestos, nosotros no debemos hacernos acusadores (porque no somos más que Dios, ni sobre el maestro podemos estar), sino buscar el tipo (figura, símbolo). Porque nada es ocioso de ellos, cualesquiera de los que sin acusación están puestos en las Escrituras. Y del mismo modo Lot, que sacó de Sodoma a sus hijas, que concibieron de su padre, y que en los contornos dejó atrás a su mujer, estatua de sal hasta el día de hoy. Porque Lot no por su voluntad, ni por su concupiscencia carnal, ni percibiendo de este modo con el sentido ni con el pensamiento, consumó el tipo. Del mismo modo dice la Escritura:
«Y entró la de mayor edad, y durmió con su padre aquella noche: y no supo Lot cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó», (Gén 19.33) y en la menor esto mismo: «Y no supo, dice, ni cuándo se acostó ni cuándo se levantó». (Gén 19.35)Así pues, hombre ignorante y no siervo de la lujuria, era perfeccionada la dispensación por la cual las dos hijas, esto es, las dos sinagogas, eran significadas, elegidas en la descendencia de uno y el mismo padre sin lujuria carnal. Porque no había ningún otro que pudiera darles el semen vital y el fruto de los hijos, del mismo modo que está escrito:

traducción del texto griego:

Sin conocimiento de Lot, ni esclavizado al placer, ocurrió esto, sino que se cumplió totalmente la economía por la que eran significadas las dos sinagogas, que de uno y el mismo padre engendrarían sin placer carnal. Porque no había ningún otro que pudiera darles el esperma vital y el fruto de los hijos, como está escrito:

«Entonces dijo la mayor a la menor: Nuestro padre es viejo, y no hay nadie sobre la tierra que nos penetre, como es necesario en toda la tierra: ven, demos de beber a nuestro padre vino, y durmamos con él, para que suscitemos de nuestro padre semen». (Gen 19.31,32) Ciertamente aquellas hijas decían esto pensando según la simplicidad e inocencia que todos los hombres habían perecido, del mismo modo que los Sodomitas, y que en toda la tierra había sobrevenido la iracundia de Dios. Por lo cual ellas fueron excusables, juzgando que se habían quedado solas con su padre para la conservación del género humano, y por eso abusaban del padre. Pero por las palabras de ellas era significado que no había ningún otro que pudiera dar generación de hijos a las sinagogas mayor y menor, que nuestro Padre. Ahora bien, el Padre del género humano es el Verbo de Dios, del mismo modo que lo enseña Moisés diciendo: «¿No es este mismo tu Padre que te poseyó, y te hizo y te creó?» (Deut 32.6). Así pues, ¿cuándo Éste derramó en el género humano el semen vital, esto es, el Espíritu de remisión de los pecados por el cual somos vivificados? ¿Acaso no fue entonces cuando comía con los hombres y bebía vino en la tierra? En efecto, dijo: «Vino el Hijo del hombre, que come y bebe» (Mt 11.19), y cuando se hubiera recostado, se durmió y cogió el sueño. Como Él mismo dice en David: «Yo dormí y cogí el sueño» (Sal 3.6). Y puesto que en nuestra comunicación y vida hacía esto, otra vez dice: «Y mi sueño se me hizo suave» (Jer 32.26). Pero todo era significado por Lot, porque el semen del Padre de todos, esto es, el Espíritu de Dios, por el cual fueron hechas todas las cosas, se mezcló y unió con la carne, esto es, con su plasma (materia): por esta mezcla y unión la dos sinagogas, esto es, las dos congregaciones fructifican de su Padre hijos vivos para Dios vivo.


























10 mayo 2007

La Gran Puta Madre: la Iglesia

























Samson... qui licet typum teneat Salvatoris, quod meretricem ex gentibus adamarit Ecclesiam
Sansón... el cual, aunque tenga el tipo del Salvador, porque había amado a una puta de los gentiles, a la Iglesia



sciat in evangelio ob typum Ecclesiae, etiam Raab meretricem in ordine maiorum Domini enumeratam.
que sepa que en el evangelio, como tipo de la Iglesia, también se enumera a la puta Rahab en el orden de los antepasados del Señor.
San Jerónimo, Contra Joviniano, 23


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     Nuevo Testamento
     1 Corintios
6.13-20

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El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo. ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera es un cuerpo (con ella)? Porque serán, dice, los dos en una carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que haga el hombre fuera del cuerpo está, pero el que fornica contra su propio cuerpo peca. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu santo que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
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      Efesios 5.22-32

Las mujeres estén sometidas a sus propios hombres, como al Señor. Porque el hombre es cabeza de la mujer, como el Cristo cabeza de la Iglesia, y él es salvador del cuerpo. Así que, como la Iglesia está sometida al Cristo, así también las mujeres a sus propios hombres en todo. Los hombres amad a vuestras mujeres, así como el Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla, purificándola por el lavamiento del agua en palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una Iglesia gloriosa, que no tuviese mancha o arruga o cosa semejante, sino que fuese santa e irreprochable. Así también los hombres deben amar a sus mujeres, como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer a sí mismo se ama. Porque nadie odió nunca a su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, como también el Cristo a la Iglesia. Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos en una carne (Gn 2.24). Este misterio es grande. Pero yo hablo respecto a Cristo y a la Iglesia.

























       Apocalipsis 17.1-5

Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: «Ven acá, te mostraré el juicio de la gran ramera (1) que está sentada sobre muchas aguas, con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y se han embriagado los habitantes de la tierra con el vino de su fornicación». Y me llevó al desierto en espíritu. Y vi una mujer sentada sobre la bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata (2), y adornada con oro y piedras preciosas y perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de las inmundicias de su fornicación, y sobre su frente un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra».

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1. En el griego clásico la palabra «puta» (pórne) tenía la misma raíz que fornicar (porneúo) y fornicación (porneía).
2. La Gran Puta lleva un vestido del mismo color que la clámide escarlata (Mt 27.28) y púrpura (Mc 15.17, Jn 19.2) que los soldados pusieron al Falocristo.



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08 febrero 2007

Semen etéreo


























Eurípides, Crisipo, fragmento 839:

Γαῖα μεγίστη καὶ Διὸς Αἰθήρ,
ὁ μὲν ἀνθρώπων καὶ θεῶν γενέτωρ,
ἡ δ᾽ ὑγροβόλους σταγόνας νοτίας
παραδεξαμένη τίκτει θνητούς,
τίκτει δὲ βορὰν, φῦλά τε θηρῶν,
ὅθεν οὐκ ἀδίκως
μήτηρ πάντων νενόμισται.
Χωρεί δ᾽οπίσω
τὰ μὲν ἐκ γαίας φύντ᾽ εἰς γαῖαν,
τὰ δ᾽ ἀπ᾽ αἰθερίου βλαστόντα γονῆς
εἰς ουράνιον πόλον ἦλθε πάλιν·
θνήσκει δ᾽ οὐδὲν τῶν γιγνομένων,
διακρινόμενον δ᾽ ἄλλο πρὸς ἄλλου
μορφὴν ἰδίαν ἀπέδειξεν.

Grandísima Gea y Éter de Zeus,
él, progenitor de los hombres y los dioses,
y ella, recibiendo las gotas húmedas del agua caída
pare a los mortales,
pare los pastos y las especies de fieras,
por lo que no injustamente
es considerada madre de todos.
Lo que de la tierra se engrendra a la tierra
regresa después,
pero lo que nace del semen etéreo 1
a la bóveda del cielo va de nuevo.
Nada muere de lo que nace, sino que separándose lo uno de lo otro
muestra una forma distinta.




Eurípides, Las suplicantes, 531-534:

Ἐάσατ᾽ ἤδη γῇ καλυφθῆναι νεκρούς,
ὅθεν δ᾽ ἕκαστον ἐς τὸ φῶς ἀφίκετο,
ἐνταῦθ᾽ ἀπελθεῖν, πνεῦμα μὲν πρὸς αἰθέρα,
τὸ σῶμα δ᾽ ες γῆν· οὔτι γὰρ κεκτήμεθα
ἡμέτερον αὐτὸ πλὴν ἐνοικῆσαι βίον,
κἄπειτα τὴν θρέψασαν αὐτὸ δεῖ λαβεῖν.



Dejad ya que la tierra cubra a los muertos;
de donde cada cosa vino a la luz,
allí vuelva: el espíritu al éter,
y el cuerpo a la tierra, pues de ningún modo poseemos
este nuestro salvo que en él habite la vida,
y después es necesario que lo tome la que lo nutrió.


1. semine aetheris, en la traducción latina que acompaña al texto griego en el libro Fragmenta Euripidis, pág. 824, que he consultado en la Biblioteca Nacional de Madrid. Se puede leer en Google.
Estos versos tienen un evidente paralelismo con el versículo 3.31 del Evangelio de Juan, sobre todo teniendo en cuenta que el venir de arriba (ἄνωθεν ἐρχόμενος) se refiere a un nacer de arriba (γεννηθῆναι ἄνωθεν, Jn 3.3,7), y a un nacer del espíritu (γεγεννημένον ἐκ τοῦ Πνεύματος, Jn 3.6,8), que era el principio vital del semen, o un trasunto o réplica mística del mismo, como ya he demostrado en otras partes de este blog.
Πᾶς ὁ γεγεννημένος ἐκ τοῦ Θεοῦ ἁμαρτίαν οὐ ποιεῖ, ὅτι σπέρμα αὐτοῦ ἐν αὐτῷ μένει·
Todo el que ha nacido de Dios no hace pecado, porque el esperma del mismo permanece en él (1Jn 3.9).


























El texto del Crisipo de Eurípides debió de tener una gran difusión en la antigüedad, pues fue citado por numerosos escritores. Lucrecio lo parafraseó y tradujo en varios lugares de su libro.

Lucrecio, De rerum natura, II, 991-1005

Denique caelesti sumus omnes semine oriundi;
omnibus ille idem pater est, unde alma liquentis
umoris guttas mater cum terra recepit,
feta parit nitidas fruges arbustaque laeta
et genus humanum, parit omnia saecla ferarum,
pabula cum praebet quibus omnes corpora pascunt
et dulcem ducunt vitam prolemque propagant;
qua propter merito maternum nomen adepta est.
Cedit item retro, de terra quod fuit ante,
in terras, et quod missumst ex aetheris oris,
id rursum caeli rellatum templa receptant.
Nec sic interemit mors res ut materiai
corpora conficiat, sed coetum dissupat ollis;
inde aliis aliud coniungit et efficit omnes
res ita convertant formas mutentque colores.

En fin, todos somos oriundos del semen del Cielo;
él es el mismo Padre de todos, del que la Tierra, Madre nutricia,
cuando ha recibido las líquidas gotas de agua,
preñada pare las florecientes mieses y los árboles fértiles
y el género humano, pare todas las especies de fieras,
ofrece los alimentos con los que todos nutren los cuerpos,
y pasan una dulce vida y propagan la prole;
por lo que con justicia ha obtenido el nombre de Madre.
Asimismo, lo que antes fue de la tierra retorna
a las tierras, y lo que fue enviado de las regiones del éter,
de nuevo restituido, lo recuperan los espacios del Cielo.
Y no destruye la muerte las cosas de tal modo que extermine
los cuerpos (elementos) de la materia, sino que disipa la unión de ellos,
después reúne uno con otros, y hace que todas
las cosas así cambien las formas y muden los colores.



























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